Si hay una transacción, se registrará en un libro de contabilidad público llamado blockchain. Un algoritmo puede verificar la propiedad de la moneda pero no revelarla. El algoritmo crea un hash para cada transacción utilizando la transacción anterior como entrada a la función hash. Si una moneda se ha gastado más de una vez en el pasado, su valor disminuye con cada uso posterior. Cuando esto ocurre, los mineros deben resolver problemas matemáticos para seguir añadiendo nuevas monedas a la circulación y autentificar las transacciones en curso.

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